El café descafeinado sigue siendo objeto de muchos prejuicios injustos. A continuación enumeramos y rebatimos algunos:

1. Calidad inferior al café no descafeinado: Es cierto que, antiguamente, el café descafeinado era a menudo de calidad inferior al café sin elaborar. Los motivos eran los siguientes:

  • Los procesos de elaboración no estaban tan desarrollados ni tecnológicamente optimizados como lo están hoy en día.
  • Su poca popularidad entre los consumidores hizo que las empresas tendiesen a elaborar café de calidad inferior.
  • Algunos procesos de elaboración, incluido el que llevaba a cabo Demus, conseguían recuperar cafés defectuosos que no se podían utilizar comercialmente. Por tanto, el producto de partida no era el mejor.
  • El tueste del descafeinado se llevaba a cabo con los mismos parámetros de control que los aplicados al café no descafeinado; sin embargo, el descafeinado requiere curvas de tueste distintas y adquiere colores finales distintos.
  • No se comercializaban soluciones monodosis, por lo que el café descafeinado, menos extendido, se encontraba a menudo en envases que llevaban abiertos mucho tiempo y terminaba oxidado y rancio.
  • El descafeinado, normalmente, tiene una fecha de caducidad más corta que el café no descafeinado, una vez abierto el envase. Todos estos factores, unidos al hecho de que el consumo de descafeinado respecto al café no descafeinado se sitúa en Italia en torno al 6-7 % (según nuestras estimaciones), hacen que a menudo tengamos que asumir el riego de beber un café “viejo”, con todas sus consecuencias.
  • La preparación del producto (molienda, dosificación, etc.) seguía las normas aplicables al café no descafeinado y no resultaba óptima.

Actualmente, gracias al desarrollo tecnológico y a un cambio de mentalidad sustancial, el cuidado en la producción del café descafeinado se ha elevado a lo largo de toda la cadena, garantizando al consumidor un producto de altísimo nivel, apenas distinguible del producto inicial.

2. Peligroso para la salud debido al proceso de elaboración: En los procesos de descafeinización se utilizan diversos medios de extracción, que NO constituyen en modo alguno un peligro para el consumidor, dado que todos han sido examinados en profundidad están avalados y normados por las autoridades sanitarias.

3. Peligroso para la salud por un supuesto aumento del colesterol en la sangre del consumidor: La acusación de que el descafeinado produce un aumento del colesterol en la sangre es totalmente infundada, como de hecho han demostrado diferentes estudios realizados en este sentido [el problema del colesterol surge como consecuencia de la excesiva ebullición del café en infusión, como se hace a veces en los países escandinavos, sin tener en cuenta si se trata de café descafeinado o no (comunicado de prensa “il decaffeinato fa male al cuore?”, del Grupo de Estudio sobre el Café de la Fundación para el Estudio de los Alimentos y de la Nutrición, Fo.S.A.N.)].
Las personas con ciertos problemas de salud, como la presión arterial alta o enfermedades cardíacas, se aconseja evitar tomar cantidades excesivas de cafeína, mientras los que consumen mucho café harían bien en al menos alternarlos con café descafeinado. Estos hechos, sin duda, contribuirá a la revalorización futura de café descafeinado, como ya ha sucedido en los EE.UU..

 

Fuente: Demus