Aunque sus métodos de elaboración sean similares, su apariencia final también y en muchas ocasiones utilicemos indistintamente sus nombres, no son lo mismo. ¿Queréis saber dónde radican sus diferencias?

La semana pasada hablábamos sobre el té rojo, sus propiedades y características, y os dábamos unas cuantas recetas para hacer de él una bebida de lo más apetecible. Pero, gracias a ese reportaje, nos hemos dado cuenta de que existe mucha confusión en cuanto a la denominación de las infusiones y los tés. ¿Todas las infusiones son té? ¿Qué diferencia hay entre una tisana y una infusión? ¿Son lo mismo? A continuación, vamos a tratar de aportaros un poco de luz.

Infusión

Comenzamos por la infusión. Se prepara a partir de agua muy caliente –pero que no ha alcanzado el punto de ebullición-, que vertemos sobre hojas, frutos y/o flores secas de una planta, dejamos reposar tapada durante unos minutos –para favorecer la extracción de los principios activos de la planta- y filtramos. En este caso, es importante que el agua no haya empezado a hervir, ya que una temperatura demasiado elevada podría desvirtuar las características de ciertas plantas, sobre todo, cuando se emplean las partes más delicadas como las flores. Se consumen frías o calientes, y se toman solas o con leche. Podemos obtener una infusión de manzanilla, tila, hierbabuena, valeriana, anís, café –sí, es una infusión, aunque no le solamos dar esa denominación- y té, entre otros.

  • Receta para elaborar una infusión de hierbabuena, melisa y flor de naranjo: Colocamos en la tetera una cucharadita de hierbabuena, una cucharadita de melisa y una cucharadita de flor de naranjo, por otro lado, calentamos medio litro de agua hasta alcanzar los 90-95ºC, vertemos en la tetera y dejamos reposar de ocho a diez minutos.

Cuando hablamos del , única y exclusivamente nos tenemos que estar refiriendo a la bebida resultante de infusionar las hojas y los brotes de la planta Camellia Sinensis. Por tanto, sólo existen cuatro variedades de té: rojoverdeblanco y negro. Provienen de la misma planta, pero adquieren distintas propiedades y características, según el método de secado o fermentación que hayan seguido. En consecuencia, podemos afirmar que todos los té son infusiones, pero no todas las infusiones son té. De ahí que el té rooibos no sea un té, aunque se le denomine como tal. Es una infusión que proviene de la planta Aspalathus Linearis y, al contrario que ocurre con el cualquier tipo de té –que contiene cafeína en proporción variable-, el rooibos posee propiedades relajantes. 

Receta para elaborar té verde con limón y menta (frío): Colocamos el té verde en una tetera, vertemos agua a 95ºC, y dejamos infusionar. Dejamos que enfríe, y la servimos con una rodajita de limón, hojas de menta y cubitos de hielo.
Receta para elaborar té chai latte: Calentamos, en un pequeño cazo, una taza de agua, y la dejamos que hierva junto a tres clavos, tres semillas de cardamomo, una lámina de raíz de jengibre, cáscaras de limón y de naranja y una rama de canela. Pasados un par de minutos, bajamos el fuego y añadimos una o dos bolsitas de té negro. Removemos para que se mezclen todos los sabores, y dejamos reposar fuera del fuego unas dos horas. Pasado este tiempo, colamos y reservamos hasta el momento de servir. A continuación, calentamos una taza de leche, que habremos endulzado con miel, y vertemos sobre ella el té. Podemos tomarlo así o ponerle por encima leche batida y un poquito de nuez moscada en polvo. 

Tisana

Por último, nos queda hablar de las tisanas. Según el DRAE, una tisana es una “bebida medicinal que resulta del cocimiento ligero de una o varias hierbas y otros ingredientes en agua”. De este modo, se entiende que la principal diferencia entre la infusión y la tisana se encuentra en sus métodos de preparación. Si en los casos anteriores, insistíamos en que el agua caliente –sin que llegara a hervir- se vertía sobre la planta y se dejaba reposar, cuando preparamos una tisana, tendremos que dejar que las hojas hiervandurante unos pocos minutos en el agua para que interactúe con los principios activos de la planta en cuestión. Lo más habitual es que sean varias las hierbas o plantas las que se empleen en la elaboración de una tisana. Pueden estar hechas a partir de flores, hojas, raíces, bayas y semillas de plantas comestibles. Se caracterizan por poseer propiedades curativas, calmantes, digestivas, estimulantes, laxantes, etc.

  • Receta de tisana de tomillo, miel y limón: Calentamos en un cazo una taza y media de agua. Cuando empiece a hervir, añadimos una cucharada de tomillo y una cucharada de zumo de limón, y dejamos que cueza durante 5 minutos. Pasado este tiempo, colamos y endulzamos con miel al gusto.

Como vemos, las diferencias entre ellos son mínimas, de ahí que haya confusión en sus denominaciones.

Fuente: Hostelería Salamanca